TOXINA BOTULÍNICA TIPO A

La toxina botulínica es extraída del Clostridium botulinum y después purificada. En el humano se usa el tipo A para corregir las arrugas dinámicas de la expresión que con la edad se acentúan y son signos de envejecimiento facial. La inyección localizada de pequeñas dosis predeterminadas ocasiona la parálisis selectiva del músculo que las origina sin cambiar la expresión del paciente. Su efecto se comienza a visualizar aproximadamente a partir del 4to día después de la aplicación, y el resultado real se ve entre el día 10 y 15. El procedimiento es ambulatorio.

La toxina botulínica, conocida comúnmente como botox, es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. La la toxina botulínica produce parálisis muscular.

Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan determinados músculos, bloqueando algunos nervios. La toxina botulínica actúa disminuyendo la contracción de los músculos faciales temporalmente, dejando la piel tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su progresión.

Las inyecciones de toxina botulínica son relativamente seguras si las aplica un médico experimentado. Algunos de los posibles efectos secundarios y complicaciones son: Dolor, hinchazón o hematomas en el lugar de la inyección.

La molestia que presenta el paciente depende de la sensibilidad individual de cada uno. Se usa jeringas con agujas muy finas y el volumen inyectado es muy pequeño, todo lo cual lo convierte en un procedimiento bastante tolerable.

En las primeras cuatro horas tras el tratamiento con toxina botulínica se recomienda estar incorporado evitando poner la cabeza hacia abajo, no masajear ni comprimir la zona.

El efecto no es inmediato, apareciendo los efectos a partir del cuarto día hasta conseguir un efecto máximo después de dos semanas. La duración del efecto varía de un paciente a otro, siendo entre 4 a 8 meses. Para mantener un efecto favorable es recomendable realizar el tratamiento cada 6 meses.